La gestión educativa permite fortalecer el desempeño de las organizaciones educativas a través de estrategias que utilizan múltiples técnicas, instrumentos y conocimientos enfocados a un desarrollo académico. Fortalece el crecimiento de la institución de forma interna y externa con un objetivo principal: generar un cambio en la construcción de habilidades de los sujetos.
El gestor educativo asume la responsabilidad para apoyar y motivar el aprendizaje en función del desarrollo potencializador de las competencias sin ejercer medios coercitivos de control, al contrario, facilita el acceso al conocimiento, y por ende, su gestión necesita estrategias que inciten a los miembros de una organización a obtener y compartir los aprendizajes personales y colectivos. Para llevar a cabo lo anterior, es indispensable desarrollar un plan de acción con fines y objetivos comunes que tengan elementos administrativos específicos como: la dirección, la coordinación de las estrategias, la supervisión de la planeación y desarrollo de las acciones; así como los logros y posibles errores, el control de la gestión, y, por último, la evaluación de los errores o aciertos.
¿Cómo gestionar el aprendizaje?
- Generando nuevas competencias en los miembros de la organización.
- Con el desarrollo de proyectos conjuntos, para el aprendizaje, con visiones y necesidades compartidas.
- Con el incremento y potencialización del aprendizaje individual y colectivo.
- Propiciando un clima de aprendizaje permanente.
- Conformando redes de colaboración con aprendizajes y experiencias individuales compartidas.
- Adaptando al aprendizaje de acuerdo a los cambios del entorno, teniendo en cuenta las políticas educativas y los factores de experiencias intraorganizativas.
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